Las malas hierbas producen en los cultivos de trigos una destacada disminución de la cosecha, y su supervisión se convierte en complicado ocasionado por la morfología del cultivo y su falta de eficiencia de las sustancias aplicadas.
Es sobradamente entendidos los perjuicios que generan en los trigos de invierno se consigue que hay una pequeña productividad y condición de los trigos.
Otra consecuencia de la existencia de las vegetaciones dañinas en los terrenos es la recogida y la depreciación de la cosecha por las suciedades asociadas, que eso, si no desaparece con una limpieza posterior del producto con una máquina especial, las pepitas de las gramíneas volverán de nuevo a la parcela reproduciéndose las malas hierbas en posteriores siembras.
Por todo esto, una manera de control fundamental se consigue en un gran manejo del sembrado: pepitas verificadas, modelos óptimos y fases que permitan una optima época de cultivar.
Siempre que el manejo del cultivo no es bastante nos hayamos con la necesidad de realizarlo de forma química,el 1er paso consiste en efectuar una reconocimiento del género viendo las variedades de malas hierbas que hayamos en los terrenos, para que en el momento que se fumigue el producto químico se revise el mayor numero de ellas.
En la actualidad son gran cantidad de las malas hierbas visibles en los cebadas como amapola, la lapa, amor de hortelano, etc… pero las menos sencillas de controlar han sido la avena loca, vallico y el bromo, este ultimo generando gran número de perjuicios con objeto de extinguirlo y nada rentable por hra.
Con objeto de realizar el regulador quimico resulta esencial poseer la puesta a punto de los aperos a utilizar y en particular el uso de las boquillas adecuadas y la utilización de la cantidad del herbicida y agua aconsejada ya que un exceso en la dosis podría generar deterioros en el cereal.
Todo esto acarrea un alto importe economico para el campesino porque los productos fitosanitarios acarrean un gran coste si bien pueden variar dependiendo de “la casa comercial”.
Con objeto de hacer los procedimientos desde 01 de 2014 es obligatorio para cada productor disponer de el cuaderno de explotación en el que tiene que indicar el producto utilizado y el número de registro que tiene, para observar su toxicidad y si se haya autorizado por el Ministerio de Agricultura.
En el momento que un agricultor va a realizar el tratamiento a parte de hacer todo lo mencionado, con el 2015 será necesario poseer el carnet de manipulador de fitosanitarios nivel normal (en el caso que el tratamiento lo realice solo) y el nivel superior (si va a hacerlo con un ayudante), de no conseguir aquello va a ser multado por la autoridad medio ambiental competente. La máquina utilizada para los tratamientos debe inscribirse en el ROMA que es el registro de maquinaria agrícola, para que más tarde pase sus obligadas revisiones.
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